Durante los primeros meses de la pandemia del COVID la mayor parte de los servicios de aparato digestivo detuvieron su actividad a excepción de los pacientes en situación urgente. Este dato es especialmente significativo para las unidades de endoscopia que dependen de ellos, en nuestro caso la actividad se redujo en un 94%.
Esta situación ha supuesto un impacto en la salud de todos los pacientes, especialmente de aquellos que tienen patologías susceptibles de malignización y que deben de ser vigilados periódicamente.
Si bien el impacto de pequeños retrasos en pacientes con bajo riesgo de transformación cancerosa es pequeño, en pacientes con lesiones grandes activas pueden traer consecuencias muy importantes.
En este sentido una de las revistas medicas mas prestigiosas reporta un descenso de casi el 60% en el diagnostico de cáncer de esófago y el diagnostico del esófago de Barrett durante los primeros meses de la pandemia. Aunque después de un tiempo todos estos pacientes serán diagnosticados el retraso podría asociarse con enfermedades mas graves o extensas a largo plazo
Por este motivo la Asociación Americana de Gastroenterología incluye en sus recomendaciones en la actualidad que todas las endoscopias de seguimiento de enfermedades premalignas no deben de ser retrasadas.
En nuestro Servicio de Digestivo y en la nueva Unidad de Endoscopia estamos comprometidos con la asistencia a nuestros pacientes y por tanto mantenemos activas las políticas de detección de todas las patologías premalignas. Por supuesto siempre manteniendo la máxima seguridad para nuestros enfermos en las complicadísimas condiciones actuales.